viernes, 28 de agosto de 2009

A veces es mejor soñar.

Los días pasaron bajo el inconfundible murmullo de su corazón, pero la rapidez de sus latidos sólo precipitaron una desición que debía esperar, esperar, esperar. El miedo la inundó y no supo cómo reaccionar ante tan desolador panorama, pues sí, ella volvió a cometer el mismo error.

Los días siguieron pasando y su ingratitud se fue haciendo más notoria, su lejanía y su otrora rebeldía habían vuelto a dominar su mente. ¿Alguna explicación? Ninguna, quiso callar, sólo aquel amigo temporal, de esos que viajan junto a tí, supo de su sentir. Mientras el tiempo esperaba.

Qué hacer se preguntó una y otra vez, qué hacer y por qué había hecho lo que hizo... nadie supo qué responder, claro, nadie. "¡Asdf!" gritó, quienes la oyeron alcanzaron a notar ese dejo de ofuscación que sentía, pero ante tanta incomprensibilidad nadie quiso opinar.

Puso su reproductor y las canciones sólo revolvían más su mente, pues el aleatorio respondía de manera tan sádica cada pregunta que ella generaba. Dejó todo y apagó su mente, salió a respirar, corrió unos minutos y luego regresó, pero esta vez a soñar, nada más.

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