A todos les gusta lo que digo, lo que escribo, lo que pienso, pero nadie se cuestiona de donde salen tan efusivamente las palabras. Muchas veces callo todo esto y olvido que el corazón no es sólo para sentir, también para decir. Estoy tratando de armar un rompecabezas, uno donde yo soy la partida, la rota, la dañada.
Hay tanta nostalgia, tanta angustia, tanta pena; ayer no sabía de donde venía, hoy tampoco.
Estoy cansada, quisiera correr un rato y tirarme en el pasto, sentir manos acariciando mi cabeza y saber que no estoy sola, pero no hay razón para que eso me haga olvidar que en esto lo estoy. Nada de lo que haga cambiará las cosas... el tiempo pasa mientras y va desarmando aquello que me ha sostenido en pie toda mi vida.
Asdfg. Qué hacer si el otoño ya llegó, la vida cambió y 25 años matan el amor.
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