Se repitieron unos cuantos versos en mi mente, mientras en mis oídos comenzaron a sonar las mismas melodías hace tiempo calladas, extrañada sólo atiné a mirar hacia los lados por si alguien notó mi desfiguración momentánea.
Debo reconocer que por breves segundos mis ojos se translucieron, hasta que me obligué a opacar tal emotivo recuerdo, pues para qué un cuestionamiento más, para qué regresar a un tema sentimentalmente cerrado (considérese acá la diferencia existente entre sentimientos y emociones). No, no más. Suena a berrinche, y qué, es cierto... hay que saber diferenciar.
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