miércoles, 25 de agosto de 2010

Sólo salí y escribí.

Fui saliendo de aquel espacio ruidoso y atiborrado de seres deseosos de adrenalina, de euforia... algunos van cansados de oir las mismas promesas de siempre, pero no dudan en salir y gritar en sus caras que tienen la mierda hasta el cuello o, incluso, gritar por gritar.

Entrar y salir, almas en pena, es como si vivieran en un purgatorio de realidad, entre el cielo y el infierno, con la vida entre sus manos, pero escurriéndoseles cada segundo. Suicidios frustrados van caminando por las puertas de un futuro, retóricamente, esplendoroso. Mentes volátiles que sólo quieren triunfar, como sinónimo de felicidad.

Una guitarra pasa de mano en mano, un cántico conocido se difunde, saltos se contagian, el mundo tiembla... el verde repleta la escena, le da el toque final. Flores creías que eran? La primavera? No olvides que la risa no es un buen síntoma... si ríes estás loco.

Comienzan las explociones de furor, luego el llanto, el ahogo, el sudor. El agua te empapa, los gritos no paran, las corridas tampoco. Es inhumano, un San Fermín urbano, donde el blanco ha sido reemplazado por mochilas repletas de sueños y anhelos. Los toros escupen, ensucian, destruyen y enrejan.

Son sólo minutos de cantos los que desatan a la bestia negra, un combate desigual. Luego pasan las horas en una caja de ratas.

Ojo por cabeza, diente por boca... Piénsalo y verás.

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