No podemos saber que sucede tras la cortina de humo que nos oculta. Yo devengo la mayor parte del tiempo, no sé si va bien pero es lo que me hará bien.
Hoy notoriamente la intranquilidad reapareció, como un arrebato quinceañero, repleto de víceras. Tanta actitud errónea me enmaraña la razón; me vi superada (otra vez).
Realmente no sé hasta qué punto te niego sinceramente, pero tengo el orgullo dolido, terriblemente. Quisiera escupir la rabia, la frustración, la decepción, la pena, pero ya no puedo hablar más, no sé que pensar, ni esperar.
Las certezas trastrabillan, pero ya qué...
(Horas después)
Parece como si ya no me hiciera cargo, pero todo ha de tomar el curso que le corresponde.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario