EL FIN

Pues sí, fue patético, sí todo el sentimiento de pesar descrito en entradas anteriores. Fue catastrófico, lento y algo fulminante, también humillante, pero no, tampoco tanto, pues ¿quién alguna vez en su vida no se ha sentido así?

Ahora. Bien, gracias. Aunque debo admitir que con eso comencé a re-amar la soledad, la tranquilidad, el hogar. Creo que el sentirse vacía y sola a veces no es tan malo.

Hoy suponía que escribiría de todas esas cosas que pasaron por mi cabeza mientras lavaba la loza, ya no las considero necesarias, se van volátiles como lo fueron mientras creía que eran firmes y concretas. En fin, me preguntaba por qué una y otra vez me pregunto por tí, y no lo sé, pero ya no me importa saberlo, porque no eres tú por quién debo preocuparme, sino por mí.

Mi mente salta de un tema a otro, pero ya definitivamente no hay razones para volver a tí. Shashashan, fin. Es increible como mi mente funcionaba en torno a tu significado, y te imaginaba mil veces. Y esta vez no le pongo fin, de berrinche, sino porque ya no existes en mi vida y tampoco es mera cursileria, es porque simplemente no estás en ella, y yo intenté rearmar mi vida en torno al quiebre, pero NO, debo rearmarla en torno a esta nueva Nicole que vive, porque ya no puedo conseguir nada más de tí y si pudiera, no me sirve, porque no estas dentro de lo que me toca por vivir. Y hoy creo que lo asumí, al fin.